Weaving Worlds

Weaving Worlds

La siguiente serie de rompecabezas fue hecha con distintos métodos, algunas veces utilizando fotografías originales, otras veces utilizando imágenes apropiadas, pero siempre de manera aleatoria al momento de elegirlas. Con ellas se explora la identidad individual, cuyo único habitat es la mente propia, la memoria, este disco duro sobresaturado de información incomprensible con la que todo ser humano lidia a cada momento. Cuando  se busca recordar, uno se ve perdido entre mentiras, fracciones borrosas, descompuestas, entrelazadas con ficciones de su propia invención. La conciencia inundada de sensaciones pescadas de la realidad a través de los sentidos, con el filtro de la percepción, que ya de por si es limitada y limitante. Rostros y olores consumidos tanto en la vigilia como en mundos oníricos, hasta el punto de no tener la certeza de qué ocurre dentro y qué ocurre fuera. En la prisión del presente continuo, inherente a la condición humana, aflora el enigma de la identidad, ideas enmarañadas que en un caos total tratan a gritos de darnos pistas de dónde estamos, vislumbrar tal vez hacia dónde vamos. 

¿Quién no se ha mirado en retrospectiva sin reconocer a la persona que era en otro tiempo, o quizá a la que es ahora? ¿Quién no ha tenido la sensación, al relatar algún suceso de su vida, de contar historias ajenas?

Enfadada, busco un orden riguroso  e inalcanzable en medio de este caos, propio del azaroso proceso de mi trabajo, al armar y desarmar, componer y descomponer, al dejar huecos y saturar espacios, desdibujar bordes, expandir espacios, entrelazar realidades que cada vez que son compuestas toman una forma nueva, más abstracta que la anterior, más deteriorada. ¿Más honesta? ¿Más sensata? ¿Más sensible? Una imagen que ya no pretende ser real, y por lo tanto lo es más. Ha renunciado a su forma original y se ha resignado, se ha reafirmado en sus cambios, huecos, deformaciones, es por un momento, para dejar  de ser al siguiente.